BLACK ROCK


BLACK ROCK
Todo al negro 
(Indep. - myspace.com/oficialblackrock)
Buen Hard Rock muy desacomplejado y sensual –Hard Rock pélvico lo llaman ellos-, con todo bien plantadito y en su sitio: guitarras, teclados, voces dobladas, bota alta de cuero... El quinteto cuenta con una cantante femenina, Bárbara Black, que es una bomba sexual de mucho cuidado. Su voz recuerda a veces los registros más dulces e interpretativos de Leonor Marchesi en Santa.
Los madrileños han trenzado sus hilos para que el resultado sea agradable al oído, con un esmerado trabajo en los arreglos (esos pianos y coros que tiran hacia lo Gótico) y cierta variedad en las composiciones. Las letras de Black Rock hablan por igual de noches de desenfreno carnal o carreras en Harley que de ausencias, desengaños o fantasías oníricas. Material interesante, en el que colaboran buenos amigos de la escena capitalina: gente de Dawn Of Tears, Mr. Rock y Sonus Delay.
El disco agrada, pero su impacto habría sido mayor si hubieran respetado la ley no escrita del vinilo, esa que obligaba a seleccionar poco más de veinte minutos de música por cara. Era una limitación natural que venía que ni pintada para distinguir lo brillante de lo simplemente bueno.
Leonardo Cebrián Sanz

SECRET SIGNS


SECRET SIGNS
Secret signs
(Indep.)
Metal Gótico con voz femenina y operística al frente. La grabación tiene más de dos años de antigüedad. Nos la tomamos pues como una mera aproximación a su estilo. Han cambiado de cantante, así que queda pendiente juzgar si sus fundamentos han fraguado bien con la nueva vocalista. Lo que no entiendo es cómo esta gente no ha grabado ya un CD en una compañía independiente con ganas de abrir mercado. Ganas me dan de montar la mía propia...
Leonardo Cebrián Sanz

VHÄLDEMAR


VHÄLDEMAR
Metal of the world
(Indep.)
¡Coño! ¡Nuevo disco de Running Wild! Ah, no, que son Manowar, que no, que no... que es Gamma Ray, que no, cojones, que son de aquí y que son Vhäldemar, que vuelven tras siete años y, aunque haya pasado mucho tiempo, su música sigue sonando igual; esto sigue siendo de comer cadenas y cagar Metal. Pues eso, no por tópico y encasillado tiene que dejar de molar.
Juan José Díez

LOWFI


LOWFI
Lowfi
(Octopus Records)
Trío italiano de Electro Pop, formado por dos gemelos (voces, bajo, guitarra y programación), un batería. Interpretan en inglés y rebotan en el Punk, el Grunge y los sonidos más oscuros para enriquecer la carga sintética de su sonido. Para orientarnos un poco, en 2009 participaron en un tributo a Syd Barret, la mente alucinada y genial de los primeros Pink Floyd. Tenían previsto editar su primera producción “larga” a finales del pasado mes de diciembre.
                                                                                                                Leonardo Cebrián Sanz

TAKO


TAKO      
El taller de los caprichos 
(Juntaversos/ A New Label)
Para los que no conozcan al grupo, decir que son uno de los grandes clásicos del Hard-Rock y del Rock urbano en nuestro país.
Los zaragozanos editan su decimoquinto álbum, un trabajo pletórico, con canciones como soles, intensas, con compromiso social y punzante intención, llenas de talento y mordacidad, amén de una excelente composición.
“Contra el vicio de callar, la virtud de protestar, somos piedras al viento…” Con la pasión del orfebre se sumergen en un mundo a la deriva y dibujan apuntes de la actualidad en trece tonadas para quitarse el sombrero, incluyendo el himno (rocanrolizado) de León Gieco ‘Solo le pido a dios’, súper conocido en las voces de Víctor Manuel y Ana Belén. Pintan ‘Bastos y espadas’, habrá que atravesar ‘La tormenta’ con pies de plomo.
Si te gusta la buena música, si la poesía te eriza la piel, si eres un enamorado del Rock’n’Roll, este disco te llevará al huerto y será tu banda sonora y un buen faro para combatir estos tiempos difíciles.

Fran Llorente