DISCOS DICIEMBRE

AZERO - Manos arriba (Indep./ Prod. Es-3).- Rock’n’Roll de la vieja escuela hecho desde Teruel. ¿Qué más se puede decir de este cuarteto aragonés, amén de su pasión por el Rock Urbano, que llevan tatuado en la sangre, y de una querencia indisimulada por el Punk-Rock más visceral y contestatario? A medio camino de los Barricada seminales (aquellos que cantaban al ‘Barrio conflictivo’ y a las vicisitudes de la vida en el alambre) y de sus vecinos de Comunidad, los zaragozanos Tako, los Azero siguen erre que erre en su quinto elepé, incluso se atreven a pronosticar sobre el cambio climático, que nos va a mandar a ‘Todos a la mierda’, parafraseando a los propios Extremoduro en su directo ‘Iros todos a tomar por culo’. Sin complejos, toman prestada la sintonía de “El hombre y la tierra” y se fabrican sus propios riffs en ‘Perseguido’. Bricolaje y autogestión. Y para cuadrar el círculo, Fernando Madina (Reincidentes) colabora en el tema ‘Hijos del miedo’, mientras Manolo Kabezabolo, otro ilustre de la tierra, cantautor Punk a la sazón, hace lo propio en ‘Dame un papel’, que pronto va caer un mai. ‘Viejas canciones’, añejo Rock’n’Roll, ¡qué dulce elixir! Como la eterna reivindicación: Teruel también existe. ¡Olé por sus huevos!

Fran Llorente

BAJO KLERO - Mundo enfermo (Potencial Hardcore).- "Jóvenes airados que aún no habían nacido en el 77 regeneran la sangre del Punk desde sus locales de ensayo de ciudades de la periferia madrileña como Alcobendas. Hoy, en “Callejeros”: Street Punk, la banda sonora de los antisistema con cerebro". Así podría empezar un programa de televisión dedicado a este cuarteto con las ideas muy claras, la piedra en la mano y el puño dispuesto para la defensa. Tocan mucho mejor y más rápido que en su precedente ‘Nueva generación’ y han reunido en torno a sí a una nutrida cuadrilla de la vieja y nueva guardia madrileña del guitarrazo de tres minutos. Consiguen despertar en mí el ser antisocial que todos llevamos dentro, o sea que deben estar haciendo bien su trabajo. Mi favorita es ‘Botas (The casualties)’.

Leonardo Cebrián Sanz

EL ÚLTIMO KE ZIERRE - La Burbuja (Realidad Musical).- Decimocuarta entrega discográfica para una súper banda veterana que lleva más de una veintena de años dando guerra en la carretera... Cuidando hasta el máximo detalle, se muestran en plena forma con un álbum consagrado que brota Punk-Rock por los cuatro costados, con mucha melodía y garra, equilibrio perfecto entre letras de amor y las desdichas de la mala vida del propio músico. Son sus señas de identidad y nos tienen bien acostumbrados. El renovado quinteto de Castellón nos invita a pasar a su burbuja.

David Carabias

GIGIO TRIO - Gigio Trio (Lucibel/ Tregón).- Gigio González es un músico argentino residente en Madrid que también participa en otro grupo: La Agonía de Pat, con una excitante y tatuada cantante. Debería dedicar su tiempo a Pat, porque este “Trío” lo considera tan bueno que se permite el lujo de despreciar a la prensa musical gratuita y especializada.

Leonardo Cebrián Sanz

IVAN MIHALJEVIC – Sandcastle (Indep. – ivanmihaljevic.com).- La nueva invasión de los superguitarristas es un hecho. El último “alien” es un muchachote croata con creatividad desbordante, que igual te hace una ‘Macedonian war song’ que se atreve con ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi. Mucho más accesible que leer los créditos del CD, llenos de acentos raros y uniones imposibles de consonantes. Nunca lo verás en “Tienes talento”, no por falta de talento.

Leonardo Cebrián Sanz

LA MÁQUINA - Rock and Roll (XY Records).- Conjugando el Rock’n’Roll motorizado de toda la vida, blindados frente al desaliento y a la falta de expectativas mediáticas para un género maldito que se bate como gato panza arriba, se presenta este quinteto quemando gasolina tras los pasos de combos como Obús, Saxon, Motorhead… que han hecho de la carretera y el Rock’n’Roll su ley de vida. Pisando el acelerador y apretando los dientes, nos dejan diez tonadas cultivadas a base de asfalto y alquitrán, de nicotina y “aroma de hachís”; un plástico nada políticamente correcto para los tiempos que corren. Incluso se atreven con ‘Embrujada’ de Tino Casal, versión robusta como cabía esperar, y a recordar a los fallecidos del YAK 42. La Máquina infernal cabalga desbocada, a ver quién es el guapo que osa ponerle el cascabel al gato.

Fran Llorente

KLEPSIDRA

Cuando pierda la fe (Prod. Malditas/ Rimer Rock)

Rock, puro Rock, sin aditivitos ni conservantes, es lo que podemos encontrar en el tercer elepé de los madrileños. Alma de Rock clásico, bocados de realidad y latidos de Rock urbano irredento, de aquel que se alimenta de la filosofía estoica que mira de frente a la vida: “Sigo en pie, hasta dar mi último aliento…” A fin de cuentas mejor es morir en pie que no arrastrarse por el fango de los productos prefabricados y detritus varios que pretenden colarnos en esta época oscura, tan desencantada para la buena música.

Riffs nítidamente definidos y guitarras afiladas -que translucen una excelente composición- es lo que hallamos en este álbum, con unas letras muy apegadas a la calle, con los pies en el suelo, pura verosimilitud, e historias que todos hemos vivido: el desencanto, la rutina y el Rock’n’Roll que nos alimenta y nos eleva por encima del gris panorama. Never surrender. Pese a las dificultades, cueste lo que cueste, jamás nos rendiremos.

Fran Llorente

ARKANIA

Eterna (Santo Grial - myspace.com/arkaniametal)

El sexteto madrileño vuelve a la carga con un segundo álbum muy técnico y elaborado. Haciendo gala de una sabia ductilidad, funden un Metal pulcro que se expande en varias direcciones: con una base rítmica poderosa y el violín bastante presente, derivan hacia tesituras Emo, dibujando paisajes románticos, llenos de claroscuros. Luces y sombras en un álbum que regala los paraísos artificiales de los mundos fantásticos por explorar. Con semejantes ingredientes, algunos verán similitudes con Mago de Oz, aunque aquí la vena festiva no aparece por ninguna parte (lo cual constituye una creciente dificultad para conectar con el público mayoritario). Las comparaciones -al fin y al cabo- son odiosas e inevitables.

Esperando un nuevo amanecer para el Rock en nuestro país, en la quimera de romper las barreras para que su música trascienda, ellos van currándose el camino hacia la gloria. Hay que romper el muro, paso a paso, pico y pala, sangre, sudor y lágrimas si quieren escalar el duro y pedregoso camino que conduce a lo más alto, en el competitivo y reduccionista mundo del Metal contemporáneo.

Tras la brecha que abrieron en su momento bandas como Avalanch o Tierra Santa, se deslizan multitud de combos con lírica y argumentos entre manos. ¿Habrá público suficiente para alimentar tantos espíritus creativos? Que se lo pregunten a las grandes empresas de la comunicación, con sus bastardos intereses mediáticos-políticos-económicos. ¿Interesa que la gente piense por sí misma y que el arte vuelva a ocupar mando en plaza?

Volviendo al tema que nos ocupa, no hace falta ser muy agudo para augurar a estos chicos un futuro prometedor en el que tú debes poner tu granito de arena intentando descubrir nuevos valores como Arkania.

Fran Llorente

TETO

Retratos del + aká (Indep./ myspace.com/tetotoicaducao)

El Teto abre una nueva vía para los rockautores de letras con denominación de origen. Estábamos ya un poco hartos de tanta luna, tanta cita de Cernuda y tanta leche, porque además de poético el Rock sin grupo también puede ser divertido e irónico.

Este madrileño castizo encuentra el punto justo, contando las cosas con mucha naturalidad, mucha guasa y mucho arte costumbrista.

Las canciones tienen arreglos a un tiempo accesibles y comerciales, con orquestaciones, metales y teclados saltarines. Así es como suenan las clarificadoras letras de ‘Rockero caducado’, ‘Animales’, ‘Mi compañera’, ‘Castinero’, ‘Madrís’, ‘El calentamiento’ y ‘Generación del bolsillo roto’.

Su breve pero intenso repertorio termina con ‘Mil noches y pico’, un descacharrante y entrañable tema para el que ha conseguido que cante nada más y nada menos que Tony, de Sangre Azul. Su vídeo en el YouTube es un ingenio con potencialidad de difusión viral, al menos entre nuestra pequeña comunidad de amantes de los ochenta.

Leonardo Cebrián Sanz