VV. AA. – Legado de una tragedia II (Indep.)



    Joaquín Padilla, vocalista de Iguana Tango, sigue empeñado en dejar su huella en el mundo del Metal y Hard Rock con una obra ambiciosa y exigente. Cuatro años después, vuelve a editar una nueva Ópera Rock, la segunda parte de 'Legado de una tragedia'. Si en la primera se narraba la vida y obra del escritor Edgar Allan Poe, esta nueva entrega comienza tras la muerte del literato, que recorrerá los nueve círculos del infierno con el fin de librarse de su pacto con Satán, tal y como hiciera Dante Alighieri en 'La divina comedia'.
    La obra cuenta con un elenco prodigioso de músicos de bandas punteras y de otras que, a pesar de su calidad, vagan por la escena "underground". Especialmente virtuoso es el reparto de vocalistas, protagonistas de una obra coral compuesta para representarse, encabezada por el ex Saratoga Leo Jiménez, que encarna a Edgar Allan Poe, y que es acompañado, entre otros, por Tete Novoa, para deleite de los fans de la banda madrileña. En la grabación también participan el propio Joaquín Padilla, Zeta (flamante vocalista de Mago de Oz), Pacho Brea (Ankhara) o el miembro de Uzzhuaïa Pau Monteagudo, acostumbrado a transitar por terrenos más propios del Hard Rock.
    Que me excusen los no citados en esta reseña, que puede ser completada en la página oficial (www.legadodeunatragedia.com), aunque añadiremos que el listado de instrumentistas también raya a gran altura. Han colaborado guitarristas como Paco Ventura (Medina Azahara), Pablo García (Warcry), Jero Ramiro (hasta hace pocos días líder de Santelmo) o Luis Cruz (Topo), teclistas como Javi Díez (Mago de Oz), Manuel Ramil (Sauze, Warcry), Manuel Ibáñez (Medina Azahara) o baterías como Andy C. (Saratoga) y Carlos Mirat (Obús).
    El discurso musical, excelentemente interpretado en el aspecto vocal, se mueve en terrenos de Metal clásico y tendencias actuales con tics sinfónicos. El problema de este tipo de obras es que nacen con la idea de ser representadas. A mí me cuesta ponerme en situación al carecer de la referencia visual teatralizada o filmada. Además, echo de menos más desarrollos instrumentales que podrían haber enriquecido las escuchas del disco. A pesar de ello, me parece una propuesta interesante, bien producida y que subraya la calidad de los músicos que forman la escena metalera española.
                                                                                          Javier del Valle

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