TOPO
Prohibido mirar atrás
(The Fish Factory)
Topo son sinónimo de calidad, una especie de pleno al quince en la música española, un oasis en medio del desierto, bendita luz para iluminar el triste panorama.
J. L. Jiménez y L. Laina son gente escrupulosa (artísticamente hablando) y se toman con calma sus trabajos: salen a una media de álbum por década, más o menos. En este decidieron no meter teclados y quizás deberían haberlo reflexionado más; aunque luego en directo, con el complemento lisérgico de Luis Cruz, la banda suena como un cañón y entonces ya ni nos acordamos del dichoso colchón de Hammond. En cualquier caso, se agradece la sinceridad electro-acústica.
El listón quedó tan alto en obras maestras como ‘Marea negra’ y ‘Ciudad de músicos’ que cualquier plástico que editen en la actualidad siempre estará por debajo de esos himnos irrepetibles.
De este disco nos gustan mucho ‘El bosque’, ‘Empezar’, ‘La guitarra del inglés’, ‘Los celtas’, ‘El político depredador’… canciones que en directo crecen y emocionan una barbaridad. También la maqueta ‘Siglo XXI’ (la primera versión de ‘Los celtas’) con una lírica realmente excepcional, muy en la onda de lo que siempre ha sido Topo: pura poesía y realismo social.
En esta ocasión, la propuesta de los madrileños se queda en una apuesta de doce (más tres); dado como están las cosas y el ambiente que se respira, tampoco está nada mal.
Fran Llorente
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