INSOLENZIA


INSOLENZIA
Me quema el sabor de tus ojos
(Carcajada – Santo Grial)

El disco.- Estos chicos no dejan de sorprendernos. Los conocimos con su disco ‘Sol y lluvia’, propio de una banda veterana, y casi sin tiempo para asentarse, se ven inmersos en este proyecto faraónico, compuesto de dos trilogías paralelas (tres discos y tres libros) del que hoy vemos la segunda parte. El primer fragmento fue la confirmación de que Insolenzia no es una banda al uso, y elaboró un disco muy roquero pero relativamente amable, fácil de escuchar, tal vez por el mayor uso de la voz femenina (recordamos que el grupo tiene dos voces, la ronca y masculina de Daniel Sancet y la dulce y femenina de Isabel Marco). Ahora, vuelven a dar un pequeño giro y esta segunda entrega es mucho más cruda, más visceral, más a bocajarro, más Barricada. Ya no es un disco que entre tan bien de primeras. Hay que dejar empaparse, entretenerse en las metáforas que alimentan las canciones y disfrutar de estribillos carne de escenario. Pero sin duda, lo que de verdad da valor a la obra, es la originalidad en el concepto en su conjunto, en la libertad compositiva, en la amalgama de influencias, en la visceralidad ofrecida y en la trascendencia de las canciones. Un disco imprescindible para la colección de cualquier roquero, junto a ‘La boca del volcán’, porque, aunque es cierto que puede escucharse independientemente, uniendo toda su obra es cuando realmente cobra un sentido más amplio.
El libro.- No sé si recomendar primero leer el libro o escuchar el disco. La verdad es que están concebidas como obras complementarias aunque pueden entenderse por separado. ‘Me quema el sabor de tus ojos’ continúa con la historia de Álex y Selena recorriendo lugares y anécdotas que muchas veces parecen tintes autobiográficos. No abundan los diálogos pero los que hay son de los que merecen la pena, nunca de relleno. Es una novela muy cuidada y fácil de leer por la cercanía de las historias, además de los guiños roqueros en forma de fragmento de canciones que inserta en la prosa, y algún puntito erótico. Aunque Daniel Sancet se toma libertades, es una obra sencilla de entender, de esas que enganchan desde el principio y lees casi sin darte cuenta y, un servidor, ya está esperando ansioso el desenlace en la última entrega de la trilogía.                
Marco Vara

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